domingo, 13 de mayo de 2018

YO ME OFENDO, TÚ ME OFENDES, ÉL ME OFENDE


En primer lugar, pido perdón a aquellos que puedan sentirse ofendidos por el contenido de este artículo; también a los que les ofenda que sea catalana; a los que se sientan ofendidos porque, aun siendo catalana, escribo en castellano. Y a los que les ofenda que, a pesar de ser mujer y ser rubia, piense por mí misma y exprese mi opinión libremente.

A los que les ofenden las faltas de ortografía intentaré no ofenderlos.

Y lo hago porque la última moda es ofenderse por todo. Por todo pero, sobre todo, por nada. Y no solo en la vida real, que también, sino y sobre todo, en ese escaparate infinito que son las redes sociales, ahí es donde se ofenden sin parar y por cualquier cosa: por ejemplo, que alguien publica una foto con una flor recién cortada, salta un ofendido en defensa de la naturaleza y contra el maltrato vegetal. Que una chica gorda publica una foto en bikini, salta alguien que no se siente representado y la acusa de hacer apología de la obesidad. O alguien que se ofende porque le parece de mal gusto que alguien con sobrepeso se exhiba sin complejos. Si, en cambio, en la foto sale una chica delgada, se ofenderán madres de adolescentes que la acusarán de anoréxica y de dar mal ejemplo. Pero ojo, que a veces es la misma chica a la que acusan de gorda y delgada a la vez. Rizando el rizo.

Y luego están los que han perdido el sentido del humor, si es que alguna vez lo tuvieron, y se ofenden por bromas y/o chistes.

Que hacen una broma sobre la familia real, ahí se ofenden  un montón de todo: monárquicos, taurinos, Albert Rivera, los juancarlistas, los felipistas, los letizistas…ah no, esos no, que no existen. Con Letizia os podéis seguir metiendo, que nadie la quiere.

Que alguien hace una broma sobre Dios, se ofenden los creyentes,  y Albert Rivera claro, que piden justicia e incluso cárcel para el bromista. Sin ir más lejos, el actor Willy Toledo tuvo que ir a declarar por haber blasfemado contra Dios y la Virgen María. Por cierto, ninguno de los dos se presentó al juicio. En su representación, enviaron al Espíritu Santo.

Y lo último de lo último es  que un humorista ha recibido 400 amenazas de muerte tras reírse de los gitanos en un monólogo manifiestamente cómico. Que tienen más ganas de ofenderse que de robar. Y eso tiene mérito, porque son expertos: a mí una vez un gitano me robó el corazón en solo cinco minutos.

También hay mujeres que se ofenden si las piropean porque les parece machista, hombres que se ofenden si los rechazan...la lista sería interminable, así que lo voy a dejar aquí, porque no os quiero aburrir. 

Con ofenderos tengo bastante.