“Sé
tú mismo” es una frase que nos han inculcado desde niños, como uno de los
principios que ha de regir nuestra existencia. Pero ojo, esa frase es una
trampa, especialmente si eres mujer.
Si
por ejemplo, estás segura de ti misma, te acusarán de engreída y/o de
prepotente. Si tienes ambición profesional, dirán que eres una bruja ambiciosa
o una zorra. Lo mismo que si tienes un carácter fuerte. En ese caso te llamarán
bruja y amargada, sobre todo si no te has casado. Si eres una feminista
convencida, algunos te llamarán feminazi, e, incluso, malfollada.
Si
te gusta tomar la iniciativa con los hombres, dirán que eres una guarra, una facilona
o una suelta. Si, por el contrario, eres
de las que prefiere que sean ellos, dirán que eres una reprimida o una
estrecha.
Si
eres reivindicativa con las injusticias, te dirán que siempre te estás quejando
“como todas las mujeres”. Si tienes capacidad de liderazgo, te acusarán de ser
una mandona. Es curioso que los que nos
impiden mandar sean los mismos que nos acusan de mandonas.
Si
estás orgullosa de tu cuerpo y te gusta lucirlo, dirán que eres una buscona. Si
te emocionas con facilidad, siempre habrá
alguien que te acusará de inestable o histriónica. De loca, vaya. Si das una
mala contestación o simplemente tienes un mal día, algunos te preguntarán si
tienes la regla.
Si
llevas una falda muy corta o un escote pronunciado, te dirán que vas
provocando. Pero ojo con llevarlos si tienes más de 40 años, porque entonces
añadirán que estás desfasada y que ya no tienes edad.
Si
eres optimista por naturaleza, dirán que eres una frívola o superficial. Si,
por el contrario, eres más bien pesimista, volverán a llamarte amargada. Al
parecer, es una palabra comodín, pero solo aplica a las mujeres.
En
las entrevistas de trabajo, te preguntarán si tienes hijos y/o si quieres
tenerlos. Si te promocionan, algunos (y
algunas) te mirarán con recelo y serán excepción los que pensarán que es por
méritos profesionales.
Y
si te violan entre cinco hombres cuando estás inconsciente porque has bebido
demasiado, tendrás que aguantar que no los acusen de violación porque no has
opuesto resistencia. Y que te pregunten qué ropa llevabas puesta. O por qué ibas sola
por la calle a esas horas. Y cuántos novios has tenido en el último año.
Así
que la próxima vez que tengas ganas de ser tú misma, mejor que no haya nadie
cerca.
Hola Natalia, ¡un gusto leerte como en otras ocasiones! Me preguntaba si tienes una dirección de correo electrónico, pública por así decir, a la que poder escribirte. Motivos literarios. Un saludo y buen día.
ResponderEliminarMuchas gracias, mi email es nataliasau@yahoo.es
EliminarSaludos
És tot veritat el que dius. Però, cal fer-hi cas? Tenim que superar tabús i clichés? Prou de paradigmes d'una pésima educació... Sobretot, no deixis d'escriure!
ResponderEliminarMoltes gràcies, Eugeni!
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