domingo, 25 de octubre de 2015

¡QUÉ BIEN ME SUENA TU CARA!

A pesar de cambiar su día de emisión, o quizás gracias a ese cambio, TU CARA ME SUENA se ha confirmado como uno de los programas estrella de la temporada. Finalmente, Antena 3 ha apostado fuerte para plantar cara al hasta ahora intocable Sálvame Deluxe, rey indiscutible de los viernes noche. Hasta la fecha. Les ha costado encontrar un formato con el que salir vencedores, pero más vale tarde que nunca.

Ahí va mi teoría sobre la clave de su éxito:

Por un lado, está el hartazgo del más de lo mismo que nos ofrece Sálvame Deluxe: peleas, gritos, personajillos sin oficio ni beneficio y culebrones domésticos que se sacan de la manga cuando no tienen otro contenido. Ni siquiera Jorge Javier Vázquez, capitán del barco y presentador solvente donde los haya, es capaz de dotar al programa de un mínimo de buen gusto. 

Por otro lado, está un formato que combina con maestría tres elementos que dan como resultado un cóctel irresistible: música, humor y talento. Para empezar, voces que cantan en directo, ya de por sí algo poco habitual en nuestra televisión. Personajes que además conocemos y que se juegan el tipo en cada gala. Bravo por su valentía al ponerse en la piel de cantantes consagrados, míticos incluso, y dejarnos boquiabiertos de admiración la mayoría de las veces. Bravo también por su talento y por su esfuerzo.

¿Quién nos iba a decir que un formato tan blanco, familiar y cargado de buena energía nos iba a arrastrar a millones de espectadores a desear que fuera viernes sólo para verlo?

Estamos frente a un espectáculo televisivo de altísimo nivel, tanto técnico como artístico. El presentador hace su papel, siempre correcto y con buen humor. No se me ocurre a nadie mejor que Manel Fuentes para presentarlo. En cuanto a los miembros del jurado, los hay mejores y peores. Llàcer me parece un animal televisivo que se ha convertido, muy merecidamente, en imprescindible para el programa. Tanto como Carlos Latre y sus majestuosas imitaciones, siempre tan oportunas. En cuanto a los concursantes, siempre hay alguno que destaca muy por encima, como ha pasado en ediciones anteriores con Roko o Edurne, pero el nivel general es siempre alto. Resultados aparte, su entrega y generosidad están fuera de toda duda. Enhorabuena desde aquí a todo el equipo. Mención especial para el equipo de maquillaje y caracterización. Me quedo corta si digo que su trabajo me parece extraordinario.

Como amante de la televisión, me alegro enormemente del éxito de TCMS, no sólo porque soy una fiel seguidora, incluso entusiasta, del programa, sino porque además demuestra que sí se puede. Otra televisión es posible. Que la mejor arma contra el mal gusto es el buen humor. Que no hay mejor antídoto contra los gritos que la música. Y que en un duelo directo entre vulgaridad y talento, el talento sale vencedor.

Gracias desde aquí por regalarnos el mayor y mejor espectáculo de la televisión actual.



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